De las distintas modalidades en los festejos populares, los encierros es el espectáculo taurino que aglutina un mayor número de seguidores en toda la geografía nacional. El encierro (urbano) consiste en el traslado de reses bravas a lo largo de las calles de una localidad, desde un camión o corrales hasta la plaza de toros, acompañados por los corredores durante distintos tramos del encierro. En los últimos años los encierros han tenido una gran difusión en muchos países de todo el mundo, debido principalmente a los encierros de las fiestas de San Fermín en Pamplona o San Sebastian de los Reyes.
El encierro es una actividad peligrosa que ha evolucionado con el tiempo, en el que participan personas, hombres y cada vez más mujeres buenas corredoras, junto con las reses bravas. En España hay un número elevado de buenos corredores de toros, cada vez más expertos, que nos muestran en cada carrera como se debe actuar frente a los comportamientos no previstos de los toros. Pero siendo una actividad tan peligrosa, ¿por qué participa tanta gente en los encierros?
- Por la afición, sin lugar a duda, transmitida de mayores a pequeños en las fiestas de los pueblos.
- Por la emoción que se siente al participar en una carrera frenética junto a un animal fiero, pero noble, jugándose la vida en ello. No es fácil de explicar pero se suele repetir la experiencia en otro pueblo en una nueva carrera, sensaciones como el miedo de unas horas antes, las ganas cuando suena el cohete, la incertidumbre al oir las pisadas de los toros, etc…
- Por supuesto también, por los amigos con los que compartes las emociones, los miedos y las experiencias, y en los que confías durante la carrera. No me refiero a falsos corredores como el PAYASO que asistió al programa de antena 3 de Susana Griso simulando ser un corredor (si se hubieran molestado en conocer algo de los encierros seguramente no hubiesen llamado a ese “personajillo”), sino los verdaderos amigos y compañeros en la carrera, en los que depositas tu confianza y que pueden ayudarte a evitar un percance.
Quien más sufre con los corredores de encierros es sin duda la familia, padres, madres, mujeres o hijos, preocupados con cada carrera hasta que reciben la llamada o sufriendo también las consecuencias de los golpes y las cogidas. En más de una ocasión prueban a “¿por qué no lo dejas ya?”, sin éxito la mayoría de las veces.
Enemigos tiene la fiesta y por supuesto también los encierros, y no me refiero a los antitaurinos sino a la masificación por prevalecer el aspecto económico o turístico ante una correcta preparación y desarrollo de la carrera.
El encierro es una actividad o hobby que despierta pasiones entre los aficionados y provoca emociones y sentimientos capaces de satisfacer las necesidades emocionales de muchas personas. Con el tiempo, la edad o las responsabilidades familiares puede modificar la forma de correr, pero es difícil no participar en nuevos encierros.
Imagino que coincido con el pensamiento de muchos, pero seguro que otros tienen otra opinión, por ello lo mando al blog de EL ENCASTE para que cada uno pueda expresar lo que opina al respecto.
Javier Loma Lozano
Javier Loma Lozano
Entender esta afición es un tema complejo para quién no se siente atraido hacia el mundo taurino, con esa sublime combinación de adrenalina. Quizá lo entiende el músico cuando libera altos niveles dopamina al tocar un instrumento... Los espectadores aficionados, como yo, no corremos el encierro, por falta de coraje o contextura fisica, pero, sentimos grandes sensaciones, con el paisaje que se enmarca dentro de las talanqueras de madera con un bravo e imponente toro sediento de acción en una tarde cualquiera.... Tahio.-
ResponderEliminar