Después de la visita a Sánchez-Fabres
y de disfrutar de un gran almuerzo al que se unió Juan, el ganadero, con el que
pudimos ampliar conversaciones, pusimos rumbo a la finca “Barcialejo” donde nos
esperaba Jesús Cobaleda.
En dicha finca pastan los machos de
la ganadería de Barcial, encaste Vega-Villar, los conocidos como patas blancas.
Antes de empezar la visita Jesús nos realizo una pequeña introducción de cómo
se había creado la ganadería, que fue una mezcla de encaste del gusto de los
toreros de antes, dando como fruto un toro normalmente con mucha cara pero bajo
de altura, que actualmente no goza de ese gusto entre los toreros y que se ve
relegado a la lidia de corridas de rejones o al festejo popular. También
perdiendo importancia en un mercado como Francia por no tener la carta verde,
que intentan recuperar pero que ven complicado, e incluso en los festejos
populares de la zona del levante conocidos como “bous al carrer” por el mismo
motivo. Por eso no vimos un número excesivo de animales, pero si unas capas de
pelo distintas y muy llamativas, predominando el berrendo en negro.
Destacaban 4 cuatreños que se habían
quedado del año anterior, ya que normalmente le gusta venderlos de utreros,
entre ellos un toro que fue echado atrás en el reconocimiento de las Ventas por
pasarse de peso. También tres preciosas novilladas de la que hemos conocido que
una se lidiará en rejones en la población vallisoletana de Medina de Rioseco. Y
algún que otro novillo grande como los que unos días después pisaran las calles
de Laguna de Duero y uno de los protagonistas del Toro de la Feria que se
celebrará en Medina del Campo el día 8 de Junio.
Entre curiosidades destacaba que por
su genio cada toro se encontraba en una encina distinta no juntándose en grupo
normalmente. Aunque cuando se juntaban algunos se pudieron fotografiar bellas
estampas ya que también la buena primavera nos deja un campo charro precioso.